La delgada línea entre aceptar al otre tal como es, y quedarnos donde no nos sentimos cómodas.
Idealizar es entrar en un laberinto sin salida, donde esperamos demasiado de la otra persona, o peor aún, convencemos a nuestra propia mente de una imagen que no existe, ni va a existir.
Pero ¿A qué distancia se encuentran querer transformar y conformarse?
Aceptamos el amor que creemos merecer. La pregunta es ¿Cuánto creemos merecer?
No somos demasiado exigentes, somos simplemente personas que eligen vínculos para crecer, construirse y mejorar.
El infierno es algo parecido a despertarnos un día y darnos cuenta que hace veinte años compartimos la habitación con quien no nos hace felices.
Comentarios
Publicar un comentario