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De resentir y fundamentar

Te veo ahí, rasgándote las vestiduras en nombre de la meritocracia, expresando tu odio al más débil, amenazando con convertirte en eso que tanto criticás. Si fuera tan fácil ¿Por qué no te empobrecés vos? No es porque fueras dignx. Es porque odiás. Solo sabés odiar. Sin más. ¿Qué vino antes? ¿El desclasado o el odio? ¿Qué compañerx rompió tu corazón para que odies tanto la sociedad en la que vivís? ¿Qué tan capaz creés que sos, para creer que lxs demás no se esforzaron lo suficiente? ¿Qué vino primero? ¿Tu antiperonismo o una persona casualmente peronista que odiás? ¿Sos gorila por convicción o porque te molesta la existencia de unx peronista? ¿Tan infeliz? ¿Como para interponer tus tontos berrinches adolescentes por sobre el bienestar de la mayoría? ¿Sos desclasadx por convicción, porque tuviste la suerte de ser parte de la élite, o porque te hicieron creer que podías llegar a sentarse en su mesa? Ojo: que las emociones no bloqueen el criterio y la capacidad de razonar. Que lo individ...

Cambiar no es mala palabra

Mutar es parte de crecer, de vivir, de formarse mejor persona. Sacar los prejuicios y los malos pensamientos del corazón. Rodearse de personas que siempre estén dispuestas a reír a carcajadas, pero también a llorar y abrazar. Pensar hoy de una manera, mañana de otra. Estar dispuesta a vaciar la cabeza, escuchar al otro y llenarla con nuevos conocimientos, con empatía y sobre todo con amor. Porque la vida es eso: aprender y desaprender, constantemente.

De amores y conformismos

La delgada línea entre aceptar al otre tal como es, y quedarnos donde no nos sentimos cómodas. Idealizar es entrar en un laberinto sin salida, donde esperamos demasiado de la otra persona, o peor aún, convencemos a nuestra propia mente de una imagen que no existe, ni va a existir. Pero ¿A qué distancia se encuentran querer transformar y conformarse? Aceptamos el amor que creemos merecer. La pregunta es ¿Cuánto creemos merecer? No somos demasiado exigentes, somos simplemente personas que eligen vínculos para crecer, construirse y mejorar.  El infierno es algo parecido a despertarnos un día y darnos cuenta que hace veinte años compartimos la habitación con quien no nos hace felices.

A un día

De repente me doy cuenta que el destino me dió un giro y todo lo que planifiqué, ya no existe. Ahora es mejor. ¿Cuántas veces hablé de esto? No lo esperaba, no lo soñaba con el alma. Pero sucedió. Solo queda disfrutar. A un día del resto de mi vida... Gratitud por luchar, avanzar, caerme y levantarme. Por quienes me sostuvieron. Firme en mis ideales y convicciones. A un día... Solo un día. Los giros repentinos suelen marearme pero cuando me quedo quieta y recobro el equilibrio, veo con claridad. Me estabilizo y empiezo a caminar, despacito, con un poco de miedo a tropezar pero avanzando, siempre avanzando.